viernes, 26 de noviembre de 2010

EMIGRANTE SIN DESTINO





Se miró al espejo. En su cara tenía los vestigios de las amarguras vividas en quince años de ausencia. Añoraba su tierra, recordaba sus verdes paisajes y sus juegos de niño allá en su hogar, junto al lago. Era solamente un desdichado más, en patria ajena, quizás sería mejor regresar y abandonar esta quijotesca aventura que solamente la había dejado frustraciones. Sin dinero para emprender el regreso se presentó en la estación de policía. Al día siguiente viajó como deportado.


REGRESO
(Cuartetos)

Las montañas que asoman a lo lejos
enmarcan el paisaje del lugar,
donde antaño tenía que ayudar
en las duras faenas de los viejos.

El brillante color azul del cielo
en las aguas del lago se refleja,
y las tapias de alguna casa vieja
derruidas descansan en el suelo.

Las flores que resaltan en el prado
conforman, cual pintura impresionista,
un cuadro que es manjar para la vista
de un viajero que llega ya cansado.

Jubiloso se siente al contemplar
su vereda, la que crecer lo viera,
y por eso finalmente quisiera
en su amado terruño descansar.

Emigrante que otrora se marchara
de su tierra por cosas del destino,
hoy vuelve como errante peregrino
que se fuera, mas nunca se alejara:

porque trae, marcadas en la cara,
  las huellas que signaran el camino...
del regreso que cada día soñara.


Rahulig/010
DRA


Imagen: Embalse de la Copa
Toca - Boyacá




lunes, 15 de noviembre de 2010

DE LA VIDA LOS REFLEJOS





Mirar hacia atrás, en la vida, es como contemplar un sereno manantial en cuyas aguas se reflejan los instantes vividos a lo largo de los años. Cada momento es como una estampita que, vamos pegando día a día en la hojas de nuestro propio álbum, el cual abrimos de vez en cuando, para ojearlo cariñosa y nostálgicamente desde la primera página, guardada pero no olvidada... una miradita a ese álbum de la vida nos viene bien da cuando en vez.


REFLEXIONES
(Cuartetos modificados)

Por los hijos que Dios me ha regalado
y su risa que escucho desde lejos,
por el grato recuerdo de mis padres
y el sabio repicar de sus consejos.

Por el sol que aparece en las mañanas
y la luz que nos brinda cada día,
por el sincero abrazo de mi hermano
y el fraterno calor de la armonía.

Por el vuelo sereno de las aves
y el sosiego que encuentro en su trinar,
por el claro murmullo del arroyo
y el canto de sus aguas al pasar.

Por las flores que aroman los senderos
y embriagan mis sentidos de alegría,
por el sensible beso de mi amada
y la paz que me da su compañía.

Por la mano que ofrece su amistad
y la voz que me alienta en el camino,
por el amor eterno del Dios Padre
  y su luz cual farol de mi destino...

al mirar hacia atrás he comprendido:
que en verdad, vale la pena,
¡lo vivido!


Rahulig/010
DRA


Imagen: Reflejos
Serafín Romero




domingo, 7 de noviembre de 2010

CUANDO MUERE UN ÁNGEL





"Ya en el oratorio, sobre una mesa enlutada, vestida de gro blanco y recostada en el ataúd, mostraba en su rostro algo de sublime resignación. La luz de los cirios brillando en su frente tersa y sobre sus anchos parpados, proyectaba la sombra de las pestañas sobre las mejillas: aquellos labios pálidos parecían haberse helado cuando intentaban sonreír; podía creerse que alentaba aún"(...) Jorge Isaacs, escritor colombiano 1837-1895 en su novela María. Los siguientes versos los escribí al recordar el triste final de la protagonista en esta inolvidable historia de amor.


BLANCA ROSA
(Serventesios)

Era un ángel del cielo, dulce cual miel de abejas,
ningún toque faltaba a su fresca hermosura;
no tenía sufrimientos ni amarguras ni quejas
y su andar era un canto de agraciada figura.

Deseaban sus amores ardientes corazones,
muchas bocas guardaban un beso contenido;
entre todos los hombres despertaba pasiones
y era como una rosa que nunca se ha cogido.

Era única entre todas las flores que brindaron
en verde primavera, sus pétalos brillantes;
sus aromas al viento sutilmente volaron
y cayeron serenos en labios anhelantes.

La belleza y ella, unidas por el lazo,
de inocentes miradas y risas candorosas;
era frágil muñeca que en virginal regazo
soñaba las caricias de manos amorosas.

Pero quiso el destino, quien todo lo consume,
que aquella mariposa de alitas delicadas
perdiera su donaire, su gracia y su perfume,
dejando tristemente sus cuitas olvidadas.

Sin un adiós siquiera, sin una despedida,
se fue la blanca rosa, la de los labios puros,
quedándose por siempre en su lecho dormida
entre amargos lamentos y silentes conjuros...
que signaron la ruta de su fatal partida.

¡Se fue la blanca rosa, la de los labios puros!


Rahulig/010
DRA


Imagen: Madame Henriot
Renoir 1876




Información del Autor

Mi foto
Simplemente, un bohemio soñador. Hacedor de versos, creador de canciones e inventor de historias. Paz de Río (Boyacá) Colombia, 23 de abril de 1952.

Los que vuelan conmigo

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